martes, 25 de marzo de 2014

Aeromancia




De "aero" que significa "aire" y "mancia" que significa "adivinar", la aeromancia se trata, básicamente de la adivinación mediante la observación de nubes o formaciones vaporosas de diversa índole en el cielo. Pero no se trata de buscar nubes con formas concretas de otros objetos, sino de interpretar las formas inconcretas y traducirlas a conceptos exactos. En términos más generales, consiste en adivinar el futuro mediante la interpretación de fenómenos atmosféricos.
Pero esta práctica no se limita a nubes, sino también a corrientes de viento, rayos, truenos, etc., e incluso la posición de los planetas para conocer los efectos favorables o desfavorables que tendrán lugar en el futuro que se predice en los fenómenos climáticos.

Se trata de uno de los métodos más antiguos de adivinación y durante mucho tiempo fue un práctica común en las civilizaciones primitivas. Se trata de una ciencia antigua que se puede catalogar hoy en día como una seudo ciencia ya que no alcanza el carácter de ciencia pero si al carácter de ciencia empírica. Generalmente lo que se observa es la forma, densidad y dirección de los fenómenos e incluso algunas características poco habituales, lo que nos da pie a pensar que el origen de este método adivinatorio está en la observación de estos fenómenos en la vida diaria.
Si bien se trata de una práctica muy antigua, se sigue practicando y se le ha conferido cierto grado de verdad, por ejemplo, la posición de los rayos ayudan a predecir grandes tormentas en los campos, si son rayos horizontales entonces lloverá, pero si son verticales, solo tenderemos una tormenta eléctrica sin agua. También hay que destacar que los fenómenos cambian dependiendo de las zonas, con lo cual cada zona debe tener una observación propia y diaria para interpretas de forma correcta los fenómenos.

Origen

Como bien se dijo antes, se trata de una práctica muy antigua derivada de la observación de fenómeno climáticos diarios, pero aún así podemos mencionar algunas referencias históricas. El primer caso de Aeromancia podemos encontrarlo en la Biblia, puntualmente en Moises, quien la condena en el capítulo 18 de Deuteronomio; también Albertus Magnus condenó esta práctica, catalogándola como un derivado de la necromancia. Ya hacia 1889, Luis de Velladolid desmintió la veracidad de esta práctica; en estos últimos dos casos, los estudios de ambos personajes fueron publicados en sus biografías y trabajos.

También existen evidencias más antiguas de esta práctica; en la antigua Sumeria y Babilonia, donde los sacerdotes empleaban varios métodos de observación de fenómenos climáticos para predecir el futuro. Muchas veces, los mensajes en el cielo eran atrivuidos a mensajes proféticos de los dioses, tales como Tinia, dios etrusco del rayo; Adad, dios babilónico del trueno y los relámpagos; Amon, dios egipcio del viento,a fertilidad y la vida; Aditi, diosa hindú del cielo; Agni, dios hindú del rol, rayos y fuego; Thor, dios nórdico del trueno; Zeus, dios griego del cielo y el trueno; Vayu, yazata persa del viento y la atmósfera.

En la magia de la época renacentista, la aeromancia fue clasificado como una de las 7 arte prohibidas, junto con la nigromancia, geomancia, hidromancia, piromancia, quiromancia y spatulomancia (u osteomancia).

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